Aguilas, rincón de ensueño…

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rincón de ensueño
Aguilas, Murcia, rincón de ensueño

Para definir este rincón de ensueño, la canción Mediterráneo, posiblemente, la mejor canción jamás cantada. Su autor Joan Manuel Serrat, nos deleita con una descripción asombrosa y perfecta del mar de los mares. Podéis escucharla mientras leeis. Saludos y a disfrutar.

De Algeciras a Estambul, preñado de olor a brea, azul, sabio y tranquilo, el mar Mediterráneo añade a sus costas este hermosísimo rincón. Para permitir una contraseña incomparable de la sabiduría que vertieron en él centenares de pueblos, se empeña en mojar las cuatro bahías de Águilas, allá por la provincia de Murcia.

Muy cerquita de la ciudad que comparte nombre de ilustre poeta, Lorca, embebidas y obstinadas en las formas del hermoso pájaro que les da nombre, acogen al viajero con un perpetuo clima primaveral, dejando que el mismísimo ambiente le lleve y le traiga por este rincón de ensueño sin más pretensiones.

Águilas nacía como flamante ciudad en la época de Carlos III. Y dicen los mentideros que de su forma de pensar, o iluminada sabiduría, apoyado por unos ministros que le secundaban, llamados Aranda y Floriblanca.

Nobles de hidalguía, y sin embargo políticos, todos se pusieron por la labor en el año 1785, con el ánimo de instalar un puerto que diera salida a los productos autóctonos. Éstos no eran otros que cualquier fruto derivado de la huerta, extensa y fecunda vega que engendra y da a luz con agradecimiento, sin cortarse un solo pelo.

Y lo que fue pensado en comercio, que para eso vinieron los Fenicios por aquellos lares hace mucho, mucho tiempo, se convierte en un lugar de eternas vacaciones.

Las bahías de Cope, Hornillo, Levante y Poniente, que así se llaman, albergan unas playas preciosas para dejarse acariciar por la brisa del hospitalario Mediterráneo. Con un número considerable de ellas, entre las que destacan Las Delicias, Calabardina, La Colonia, Calarreona, -o playa de La Tortuga- La Higuerica… que brindan caracolas de espuma y sal, esas que mojan la piel sin dejar alguna huella.

En Febrero, o febrerillo el loco por aquello de su inestabilidad estacional, la “locura” del disfraz y el disparate esperpéntico de danzas y piruetas, llegan a Águilas que nos ofrece unas fiestas de considerable diversión: los carnavales. A los que hay que prestar una especial deferencia, porque de año en año los vistosísimos desfiles se superan en tono y encanto.

Cortejos a que dejaron paso, muy cercano en el recuerdo aún, otra fastuosa comitiva; ésta de Reyes y Magos, ilusiones, caramelos y juguetes para niños y no tan niños.

En Marzo o Abril como es preceptivo, la Semana Santa; acompañada en pasión de Jueves y Viernes de Dolores por la monumental Banda de Música del Patronato Musical Aquileño. Que arranca desde la puerta del Ayuntamiento, al compás de una marcha soberana.

Y todo esto, para tropezarse casi sin querer con la romería próxima a San Isidro, donde los faralaes, sombreros de ala ancha y caballos, toman protagonismo, saltando de pena y lágrima a diversión sin atenuantes. Bellas mujeres a la grupa, luciendo como un maravilloso día de sol. Así de sencillo. Por eso no nos podemos cansar de repetir que se convierte en un rincón de ensueño.

Águilas es un lugar de ensueño, que alberga recónditas calas en sus bahías, con escasa diferencia de vírgenes; gentes hospitalarias, abiertas y divertidas, y cuna de genios. ¿Alguien no sabe que allí vieron venir al mundo a Francisco Rabal?

Y, como el terreno es caritativo, cuenta con espléndidos hoteles, y -no menos gloriosos- recogidos y cómodos recintos para deleitarse con la gastronomía. Disfrutar del olor a pez y sal, de la brisa del Mediterráneo, de sus fiestas, playas y calas, es bien sencillo. El video aqui😀

 

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