El Rocío, la aldea
El Rocío
Quizá todo el mundo conoce la famosa romería que lleva por nombre «El Rocío». Pero ésta romería no sería posible si no existiese el lugar que la recibe: La aldea de El Rocío…preciosa
La aldea de El rocío, es una pequeña población del término municipal de Almonte, y primer testigo del Parque Nacional Doñana, llegando desde Sevilla.
Tan solo 15 kilómetros de nada la separan de su cabeza de partido, o municipio, como quieran) … y crece alrededor de una ermita que, dicen, fundó Alfonso X El Sabio, a los postres del siglo XIII. Ermita que, ahora, es una hermosa capilla que recoge en su semana grande a los fieles almoteños, apretujados delante de la reja de su virgen, Nuestra Señora del Rocío, familiarmente La Blanca Paloma.
La tradición no disminuye lo especial que resulta pasear por la aldea de El Rocío. Sus calles son completamente rectilíneas, y todo habla del caballo.
Desde la arena terriza de su piso, hasta las barras que todas las casas lucen a su porche, para amarrar al noble bruto. Una vuelta a la brida alrededor del larguero es más que suficiente. Bellos ejemplares y acostumbrados jinetes, que suelen pasear a la grupa novias, esposas, o vecinas, para lucir palmito y gallardía.
Estampas de la Andalucía costumbrista y festera, que dejan ese regusto de alegría y buen sabor.
El Rocío es la aldea del caballo. Aldea Internacional del Caballo, para ser más explícitos, que suele albergar durante el ciclo rociero, la mayor cantidad de cabalgaduras de Europa. Y, en cualquier época del año, los amantes de pasear a caballo por la marisma o el campo, tienen en El Rocío un aliado majestuoso. Existe un buen puñado de centros ecuestres, donde se pueden alquilar caballos y carruajes.
Suele ser una vista común, encontrar manadas de caballos pastando por la marisma, pues no hay que olvidar tampoco que, a mucho menos de un tiro de piedra está Doñana. O sea, todo es Doñana. A los entusiastas de la naturaleza, y a los que no lo sean, también, les puede parecer un paraíso que se toca con la mano.
Los paisajes que adornan cualquier camino que se tome por el parque, apuntando el alba, en un fantástico paseo marismeño, cuidadas veredas, para ver de cerca el rio Ajolí… o poder aguzar los sentidos en el observatorio ornitológico Madre del Rocío, pasando por la Plaza del Acebuchal…
…admirando el cuidado que los almonteños dan a sus olivos silvestres también llamados acebuches…. para regresar a la aldea a la hora de comer, puede resultar una inolvidable experiencia.
Y, todo, porque en la Plaza del Acebuchal hemos podido embelesarnos con la casa bloque alargada, fachada simétrica y dos ventanas y puerta, que se cubre a dos aguas con un elegante tejido vegetal….¡impermeable! que se llama la Castañuela, y es un arbusto característico de las marismas rocieras.
Si alguien está caluroso y se quiere dar un baño en el mar, a unos quince minutos en coche está la playa de Matalascañas, que también es provincia de Huelva.
Que vamos a decir de comer y tapear, tomar aperitivos o vinillos? Pues el exponente de la generosidad de esta tierra, con sus carnes, pescados y vinos del país, que se dice.
De manera que nadie piense que El Rocío, solo es una romería. Hay una aldea, gente que vive durante todo el año allí, y gente que no para de visitarla.
En cuanto a sensaciones externas a estar en el mismo campo marismeño, visitar El Rocío, es como palpar la devoción mariana de millones de personas. Y el que no sea creyente, o no participe de la fe mariana, puede percibir de igual manera el aura de la energía positiva que se respira por allá.
Así transmitimos el programa de ayer miercoles 16/05/2012, en el que entrevistamos a un genial, conocidísimo y peculiar tamborilero Jesús Santos, más conocido como Yiyi de Triana
Además, José Manuel Peña Sutil, acompañado por una compañera de estudios -ya saben, periodismo- almonteña, y por supuesto, rociera hasta la médula, Eva Ramos Pérez, entrevistaron a Juan Ignacio Reales Espina, nuevo presidente de la Hermandad Matriz de Almonte.
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